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RESUMEN
¿Alguna vez te han dicho “Todo lo que he hecho por tí y así me lo pagas…”?
¿Alguna vez se lo has dicho tú a alguien o te has sentido víctima y utilizada?
Estas situaciones son frecuentes.
Muchas veces sientes que has estado dando el 110%, el 150% en tu relación. Por eso, esperas que tu pareja te responda con el mismo nivel de entrega. Si esto no ocurre, te llevas una gran sorpresa, porque tu pareja, a quien tanto le has dado, no se comporta de acuerdo a lo que tú esperabas.
Pero esto sólo puede afectarte si tu entrega ha estado condicionada. Es decir, si has actuado más allá de tus límites, renunciando, sacrificándote, por algo a cambio.
Este proceso no siempre es deliberado. De hecho, la reciprocidad es algo que todo ser humano espera, aunque no siempre se de cuenta de ello.
Por eso es importante conseguir una manera de obtener la reciprocidad, sin que recaiga sobre la otra persona. Así nuestra felicidad y bienestar, deja de estar conectado a lo que hagan los demás.
TRANSCRIPCIÓN
¡Hola! ¿Alguna vez has escuchado la frase: “Tanto que me he sacrificado por ti y así me lo pagas”?
Hola, yo soy Arístides Molina y te quiero hablar del sacrificio por amor.
Muchas veces en las relaciones de pareja, cuando hay una conducta que se va de orden, que se va de las expectativas, la persona que se siente ofendida, que se siente relegada, se siente maltratada, empieza a generar ese sentimiento de: “Oye, he hecho muchas cosas por esta persona, he hecho muchas cosas por esta relación y al final obtengo un resultado que es detestable. Me desprecia, me ignora, no me reconoce y me trata de una manera indiferente, que yo no merezco, que yo no creo que merezco”.
Y bueno, ese es un poco el punto del sacrificio, en que uno dice: “¿Así me pagas el sacrificio que he hecho por ti?” Y yo me pregunto, realmente: ¿Estamos siendo justos con esa pregunta? Yo se que desde el lado emocional, está perfecto y está totalmente justificado, pero quiero ir un poquito más allá. Vamos a poner las cosas en orden.
Realmente ¿El sacrificio tú lo hiciste esperando algo a cambio? ¿Lo hiciste para tener un beneficio colateral? ¿Lo hiciste para que después esa persona también, tuviera sacrificios contigo? Eso es lo que tienes que dilucidar, para ver si realmente esa pregunta tiene sentido en tú relación o no.
Sacrificio significa renuncia. Dejas algo que quieres, algo que deseas hacer en aras de algo más, en aras de otra persona, por ejemplo. Entonces, si tú lo haces desde un espacio en que yo voy a dejar de hacer esto que yo quiero para complacer a esta persona, para que vea lo bien que yo lo trato, lo bien que yo me porto con él, todo lo que yo hago por él y secretamente, a lo mejor hasta inconscientemente, estás esperando que después esa persona tenga sacrificios contigo también.
La verdad que no estás yendo por muy buen camino. Porque eventualmente, en algún punto de la vida, vas a sentir esa decepción, de que esa persona a lo mejor no fue tan correspondiente contigo; no correspondió a esos sacrificios que tú habías hecho. Porque estás creando sacrificios con expectativas.
Yo te digo algo, a mí me parece que cuando tú haces un sacrificio, una renuncia, hay dos cosas que tienes que tener en cuenta: renuncias a algo que quieres por algo que quieres más.
Si yo quiero renunciar a algo, para darle un beneficio a mi pareja, debe ser porque yo quiero más el beneficio para mi pareja, que lo que quiero hacer lo que yo quería hacer. Si yo quiero ir al cine y ella quiere ir al teatro y yo digo “No, vamos al teatro” yo no estoy esperando que después ella me diga “Ahora, vamos a ir al cine” ¡No! Lo que yo estoy diciendo es “Oye, voy a ir al teatro porque siento que si voy al teatro, me voy a sentir tan bien, con lo bien que se siente ella, que no necesito más nada a cambio”.
Entonces, siempre ten en cuenta, que cuando haces este acto de entregar, de sacrificarte, de renunciar, lo hagas porque realmente te da más negocio y tienes más ganas de entregarle un regalo a tu pareja, que de hacer lo que tu hubieras hecho tradicionalmente, que es ir a tu cine.
Acuérdate que en el mismo acto de dar, en el mismo acto de renunciar, tú recibes toda la paga, recibes todo a cambio, recibes la satisfacción a cambio y eso es todo lo que debes esperar. No uses lo que has sacrificado, a lo que has renunciado; no uses todas esas acciones para reclamar en un momento futuro alguna actitud que tu pareja tenga. Te estás yendo por las ramas, si eliges ese tipo de preguntas, ese tipo de actuaciones.
Así que enfócate y solamente ve el sacrificio, ve la entrega, como un acto de sumo placer y no como un acto de cuentas guardadas que sacaras en un momento de apuro.
Sacrifícate por amor. Da y en el acto de dar, siente como recibes la alegría y el bienestar que causas en tu pareja.
Eso es Todo.
¡Chao!