La idea de que las uniones de pareja son para toda la vida, está sembrada en el inconsciente colectivo. Pero las últimas estadísticas de divorcios y separaciones indican que las cosas ya no son como antes.

Puede que las chicas todavía sueñen con el blanco vestido y el príncipe azul, pero no tienen reparos en terminar con la relación si el príncipe cambia de color. En el caso de los chicos, ya llevamos más tiempo con el “permiso social” para esa clase de decisiones.

Así que ahora, no hay nada que nos obligue a perpetuar en el tiempo una relación de pareja. ¿O si?

Déjame contarte algo que me ocurrió hace poco.

Un amigo estaba argumentando acerca de si es preferible mejorar o cambiar. Desde luego que mi amigo, un gran emprendedor y un curioso irreverente, está totalmente a favor de cambiar en lugar de mejorar. Después de todo muchas cosas funcionan así, en el mundo de los negocios.

Y para esclarecer su punto eligió este ejemplo:

Imagina que estás en una relación problemática con tu mujer, de 56 años, con la que llevas 23 años de casado. Ella ya no es la de antes, ha engordado, tiene arrugas y no te trata como al principio. Tú tampoco la tratas igual, ni sientes esa pasión irrefrenable que una vez les unió.

De repente aparece en tu vida una oportunidad. Una chica 90-60-90, de 22 añitos, cabello rubio, ojos azules y labios rosados. Ella tiene la voz dulce y siempre está sonriente. Sabes que podrías estar con ella.

Entonces ¿qué prefieres? ¿Mejorar o cambiar?

Wow, de veras que fue una sorpresa. ¡Mi amigo acababa de vender el cambio, basado en deshacer una relación de pareja!

Veras, esta historia, por superficial que te parezca, puede hacer reflexionar a más de una persona. Y lo cierto es que no hay una respuesta sencilla y mucho menos una respuesta única para todos. La pregunta, en sí misma, esconde una clave para el tema de este artículo… Hagamos este ejercicio mental:

Ejercicio

Quiero que te imagines a ti, ahora, como protagonista de esa historia, y que sigas estas instrucciones, paso a paso.

  1. Atrae a tu mente, a la izquierda, la imagen de tu pareja actual, con todos los defectos y virtudes que te vengan a la mente.
  2. Pregúntate ¿Cuál es el sentimiento positivo predominante hacia esa persona? ¿Cuán importante es para ti en una escala de 0 a 10?
  3. Pregúntate ¿Cuál es el sentimiento negativo predominante hacia esa persona? ¿Cuán importante es para ti en una escala de 0 a 10?
  4. Pregúntate ¿Qué necesitas o buscas en esa persona? ¿Cuán importante es para ti en una escala de 0 a 10?
  5. Atrae a tu mente, a la derecha, la imagen de la persona, real o hipotética, que representa tu nueva oportunidad. También con todos los defectos y virtudes que te vengan a la mente.
  6. Pregúntate ¿Cuál es el sentimiento positivo predominante hacia esa persona? ¿Cuán importante es para ti en una escala de 1 a 10?
  7. Pregúntate ¿Cuál es el sentimiento negativo predominante hacia esa persona? ¿Cuán importante es para ti en una escala de 1 a 10?
  8. Pregúntate ¿Qué necesitas o buscas en esa persona? ¿Cuán importante es para ti en una escala de 0 a 10?
  9. Tómate un tiempo para comparar y reflexionar acerca de tus respuestas.
  10. Luego puedes hacerte nuevamente la pregunta más difícil: ¿Elijo Cambiar o mejorar?

No importa si tienes o no tienes una persona con la que iniciar una nueva relación. El ejercicio funciona para que mires dónde estás ahora mismo en tu relación, si es que tienes dudas al respecto. Cambiar, en este caso, puede significar abandonar tu relación actual y quedar “disponible”…

Y por último, si eliges mejorar tu relación actual, que no sea para seguir haciendo todo como hasta ahora. Puedes empezar por aclarar las áreas grises, los puntos ciegos, en tu relación. Si eliges cambiar, no te andes con muchos rodeos, trata de ser lo más honesto posible con tu relación actual.

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Pregunta: ¿Te ha sido útil del ejercicio?