¿Cuál fue tu primera experiencia de pareja? Tal vez fue tu primer novio o novia, aquel chico o chica de la infancia con quien tuviste un romance platónico, o tu romance con tu profesor o profesora de primaria.

Para mí todas las respuestas anteriores son válidas, pero mi respuesta es un poco diferente… y es posible que luego de leer esto, estés de acuerdo conmigo.

Así que te quiero contar una historia real de mi vida.

Yo tendría unos 8 años cuando empecé a frecuentar las casas de mis amigos de infancia. Y en esa época tuve mi primera experiencia transformadora de pareja… Y todo debido a esas primeras visitas.

Cuando iba a casa de mis amigos, podía percibir un ambiente con cierta tensión y rigidez, que me resultaba extraño. Para entender lo que me pasaba empecé a prestar atención a los detalles y observé cosas como estas:

  • El padre llegaba a la casa y sólo saludaba con un “hola” y se desaparecía detrás de alguna puerta de la casa.
  • Los padres se hablaban con un tono seco, demandante o desafiante.
  • Las caras eran serias y duras.
  • Pocas risas e intercambios con mis amigos y menos conmigo.
  • Podía sentir el nerviosismo de mis amigos cuando estábamos en presencia del padre y la madre juntos.

Al reunir estas observaciones las comparé con lo que pasaba en mi casa y vi que era todo lo contrario. Mis amigos se sentían a gusto en mi casa, incluso en presencia de mis padres, y más de uno me dijo que habría querido unos padres como ellos.

Fue entonces que no me quedó más remedio que consultar a mis padres. Y la respuesta de ellos me asombró y abrió mis ojos de una manera que no olvido.

Me dijeron que lo que pasaba en nuestra casa era porque ellos se querían mucho. Y porque hacían todo lo posible por cuidar su relación como pareja. Que de allí que salía todo el amor que me daban, la alegría y las ganas de vivir que se respiraban en nuestra casa.

Me contaron que primero fueron pareja y vivían ellos solos y que luego llegué yo y nos hicimos familia. Pero que ellos no dejaron de ser pareja cuando nos convertimos en familia. Y que por eso me quieren aún más, porque el amor de ellos hacia mí no se confunde con otra clase de amor que ellos sentían.

Todavía puedo sentir mi asombro al darme cuenta que ellos no sólo eran mi mamá y mi papá, sino que tenían algo propio de ellos, algo privado y que eso lo defendían y lo cuidaban porque de allí salía todo su súper poder para todo lo que hacían.

Esto que te cuento en pocas palabras, resume lo que fue mi primera experiencia de pareja. La primera vez que vi a mis padres como lo que son: una amante pareja unida, comprometida y que irradia felicidad en todas direcciones.

Desde ese momento sentí que el amor de cada uno de ellos hacia mi estaba a salvo, pues tenía mi propio lugar en sus corazones. Comprendí que ellos tenían un mundo secreto y privado que disfrutaban mucho y me alegré por eso. Y a lo largo de mi vida con ellos, supe que la pareja puede ser una fuente inagotable de bendiciones, confianza, comprensión, ayuda mutua y felicidad.

Claro que a mis ocho años no utilicé esas palabras. Pero la sensación que me dejó aquella primera experiencia de pareja, me ha convertido en un observador, un investigador, un consultor y un actor dedicado de este tema. Por eso hoy comparto lo que he podido aprender, experimentar y sintetizar a lo largo de estos años.

Sólo deseo que tus hijos, tengan una primera experiencia de pareja contigo, que encienda el amor en sus vidas.

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Ahora te toca a ti: ¿Cuál fue tu primera experiencia de pareja?